jueves, 20 de agosto de 2015

Hospedaje en Japón

Es extrañísimo entrar al lobby de un hotel a las 9:30 de la mañana y ver un puñado de japoneses en lo que parece pijama y pantuflas, desayunando sopa y pescado. Pero es la escena cotidiana con la que arranca un día de vacaciones en Japón.

Es que los desayunos en todos los hoteles consisten de pescado, sopa, arroz, y té verde amargo; una combinación bastante fuerte para tan temprano, pero que a los japos les encanta. Además, ellos bajan en las yukatas, que son unos kimonos pero más livianos, y pantuflas, y con eso se pasean por las instalaciones como vieja en chancletas por su casa.



Una habitación japonesa
Japón tiene un estilo de hoteles tradicionales que se llaman ryokan. Éstos se distinguen por el tipo de habitación: piso de tatami (como ya comenté en otro post, es una esterilla), el colchón (una colchoneta o futón) acostado directamente sobre el suelo, puertas corredizas de papel o shoji. Es importante saber que no se puede entrar con zapatos a la habitación, sólo con unas pantuflas que el lugar ofrece; y que este tipo de alojamientos son muy tradicionales y conservadores, por lo cual puede suceder que quienes lo atiendan no sepan mucho inglés.  Por otra parte, en muchas regiones del país, los ryokanes cuentan también con onsen o baños termales (ya me voy a referir a esto en otro post), en invierno son espectaculares para reponer energía y renovar fuerzas.


Hay ryokanes para bolsillos más y menos holgados. A partir de unos 50 dólares hay habitaciones muy sencillas. Pero por mucho, mucho más, pueden encontrar ryokanes de lujo. Pueden buscar muy fácilmente en cada región en esta página , la Asociación de Hoteles y Ryokanes en Japón. Por supuesto, también se puede reservar por Booking.com.


Ir a lo seguro y conocido
Para quienes prefieran habitaciones occidentales, hay muchísimos hoteles, y todavía más presupuestos. Las habitaciones son más chicas que el promedio en el resto del mundo, pero incluyen las mismas cosas: cama, heladerita (sin servicio de mini bar), televisor, pantuflas y los artículos de baño. Algo que me sorprendió la primera vez que fui sobre estos, fue que los envases de shampoo, crema de enjuague y jabón son grandes, no son los recipientes individuales. Por supuesto que nadie se los lleva a su casa, sino que un huésped después de otro usan del mismo. 

La habitación promedio, reservando con tiempo puede estar entre USD 70 y 90. Sin anticipación, no suelen bajar de USD 100. Mi recomendación es buscar con tiempo y tener algo asegurado, ya que la mayoría de las reservas cuentan con cancelación gratuita hasta 48 horas antes de la ocupación. Dos de las cadenas más conocidas, del tipo de Business hotels pero de precios accesibles, presentes en casi todas las ciudades, y con las que tuve muy buena experiencia, son APA Hotels y Toyoko Inn Hotels. El servicio es muy bueno, cuentan con wifi y atención en inglés. Además, suelen tener en varios puntos de las ciudades, así que se puede buscar el más conveniente. Yo siempre reservo desde Booking.com.


No apto para claustrofóbicos

Hay una alternativa entre las más económicas, especialmente para viajeros solos y estadías cortas: los hoteles cápsula. Pese a sus reducidas dimensiones, tienden a tener televisión y espacio para un pequeño bolsito con ropa. 


Los establecimientos cuentan con servicio de lockers para dejar las valijas, y proporcionan a los huéspedes una especie de pijama para que usen eso dentro de la cápsula. Los baños obviamente son compartidos, pero como todo en Japón, siempre están muy limpios. Algunos de estos hoteles sólo son para hombres, y por supuesto, las cápsulas son individuales. 

Los precios arrancan en USD 20, pero también hay algunos más "de lujo" que incluyen pileta, sauna, spa, alquiler de notebooks y gimnasio, que pueden alcanzar los USD 100.


Love hotels

Además de los Capsule hotels, hay otra opción accesible: los love hotels. Como su nombre insinúa, éstos son hoteles alojamiento, que surgieron en el país a partir de los tamaños reducidos. Cómo es esto? Muchos japoneses tenían casas o departamentos pequeños y sus hijos dormían con ellos en sus cuartos. A raíz de esto, los padres no podían tener ninguna intimidad en sus hogares. Lo mismo con jóvenes veinteañeros que no vivían solos. Así es que se vieron obligados a buscar nuestros famosos "telos". Hoy por hoy, igualmente, ya se usan más por diversión o por salir de la rutina, que solamente por el espacio en el hogar propio.


Éstos, como en Argentina, se abonan por horas en las que se usan. Por eso, si un viajero pasa el día recorriendo la ciudad y sólo va al hotel a dormir durante unas horas, esta opción no es tan mala. Se pueden reservar online, y son fáciles de identificar por la calle porque llaman mucho la atención: son coloridos y llenos de luces. 



*Todas las fotos fueron tomadas de Internet.


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