jueves, 8 de octubre de 2015

Lujo en las instalaciones más accesibles (y básicas!)

Estoy segura de que alguna vez, todos en nuestra vida pensamos que preferiríamos hacer pis en el pasto, detrás de un árbol, antes que en algún baño que no estuviera en condiciones. 

Eso no te pasaría en Japón. Hace ya nueve meses que vivimos acá, viajando y conociendo muchos lugares nuevos (y sus baños), y jamás encontramos alguno que estuviera sucio, que tuviese olor, ni nada por el estilo. Y lo que más me llamaba la atención al principio, es que no se ve todo el tiempo que haya personal encargándose de que se mantenga así. La gente respeta, cuida, y deja el baño de la manera que lo quiere encontrar. Eso es lo que me parece más espectacular.

Pero no es lo único! Si hay algo más llamativo que eso, es el nivel de "lujo" que tienen muchos sanitarios. No sólo por la tecnología de los inodoros en sí (como ya comenté, también funcionan como bidet, tiran vientito, y además, en los lugares públicos, siempre vienen con un botón para que salga sonido que imita el agua corriendo, o música). En estaciones de tren, supermercados, shoppings y estaciones de servicio, podemos encontrar baños que parecen más propios de un hotel muy exclusivo, pero se encuentran al alcance de todos. 

Hace unos días, decidí que el relato solo no le hace justicia a la realidad, así que saqué unas fotos para ilustrar mejor esta idea. Esto que viene, increíblemente, es el baño de un parador en plena ruta.

Al entrar, un tablero muestra la disponibilidad de los cubículos.

Las japonesas son súper coquetas, tienen un "Powder room" para maquillarse tranquilas y cómodas.

Otra del Powder room

El tablero, además de mostrar la ocupación y disponibilidad, muestra qué cubículos son de inodoro, de letrina, y hasta cuáles incluyen un asiento para bebés, para que no tengan que quedarse afuera o las mamás no tengan que hacer malabares para sostenerlos mientras.. bueno, hacen lo que tienen que hacer.

Me recordó al estacionamiento del Dot. Además, solucionan el gasto extra de energía de la luz, haciendo que mientras está la puerta destrabada -libre-, la luz interna se mantiene apagada. Al cerrarla, se enciende sola.


Ahh! Tengo que admitir que la indicación de cómo usar el inodoro me sorprendió casi al mismo nivel que la tecnología y limpieza. Es que antiguamente predominaba el uso de letrinas, en las cuales la posición es de cara a la pared, no de espaldas.







Asiento para los bebés y niños pequeños.


Ésta en realidad es de otro parador en la ruta. Éste también incluye un adaptador de tamaño de inodoro, para los más chicos, y algo que me pareció una solución brillante y sencillísima: un sostenedor de bastón, para las más grandes. Imagínense que a una persona con movilidad reducida se le cae el bastón al suelo. Le cuesta mucho más que a cualquier otra persona agacharse para levantarlo. Me parece un accesorio muy inteligente, muy sencillo, y lleno de consideración.