jueves, 27 de agosto de 2015

Trasladarse no es un chino: JR Pass

Estuve recibiendo muchas consultas de hinchas de River que vienen a Japón para el Mundial de Clubes, así que tratando de no dejar de lado lo que es la vida acá, voy a ir escribiendo tips para los turistas, especialmente teniendo en cuenta las fechas y las visitas a Yokohama-Tokio (separadas por 40 km) y a Osaka.


TRASLADARSE EN JAPÓN

Los medios de transporte público japoneses son espectaculares. Siempre a horario, limpios, y fáciles de usar. No son baratos, pero hay algunas formas de amortizarlos y sacar el mejor provecho.

APLICACIONES Lo que yo más uso para saber cómo me conviene ir a cada lado, es Google Maps. Me dice a qué hora sale determinado tren, desde qué plataforma, o dónde tengo una parada del colectivo que me lleva, cuál es la opción más rápida, y cuánto sale. Incluso es fácil de entender cuando combina subtes: te dice que camines 200 metros para la derecha que está la combinación con la línea roja, por ejemplo, y cuántas paradas en cada línea.  Otra opción es este sitio, que también indica los costos y tiempos de cada transporte, y la frecuencia diaria. Pueden hoy mismo poner una fecha de acá a unos meses y les va a indicar a qué hora sale el tren, cuánto sale cada alternativa de viaje, y cuánto se tarda. 

Lo más conveniente para turistas, sobre todo para trasladarse entre ciudades, es comprar desde el país de residencia el JR PASS a través de Internet.


QUÉ ES EL JR PASS? Se trata de un pase ilimitado para viajar en todos los trenes incluidos en la JR (Japan Railway) durante una, dos, o hasta tres semanas. También sirve para viajar en el Tokyo Monorail y los colectivos locales JR. Si bien no cubre las líneas privadas de trenes y de metro, un punto muy fuerte es que incluye casi todas las líneas de tren bala o Shinkansen, menos las súper express: Nozomi -el Shinkansen más rápido entre Tokio y Osaka (170 minutos), pasando por Nagoya y Kioto- y Mizuho Shinkansen - que hace el recorrido Osaka-Kagoshima. 

Shinkansen Hikari





Pero no desesperéis! Que si quieren ir de Tokio a Osaka, existe otro Shinkansen, el Hikari, que en lugar de 300km/h alcanza los 270, y tiene algunas paradas más que el Nozomi, por lo que tarda media hora más (200 minutos). Sale cada media hora de Tokyo. También está el Kodama, que es el más lento de todos, porque para en más estaciones.



CUÁNTO SALE? 

Japan Rail Pass
Tipo
Ordinario
Green Car (Primera clase)
7 días consecutivos
29,110 yen
38,880 yen
14 días consecutivos
46,390 yen
62,950 yen
21 días consecutivos
59,350 yen
81,870 yen
Niños de 6 a 11 años: tarifa reducida en un 50%.


Red JR en Tokio
VALE LA PENA? Por supuesto que esto depende de los viajes que cada uno haga. Pero el de una semana, por ejemplo, se amortiza sólo con una ida y vuelta de Tokio a Kioto. Es decir, por el precio de ir y volver a Kioto, pueden viajar de forma ilimitada durante una semana. Por otra parte, si sólo van a hacer viajes urbanos, sin salir de una ciudad, hay otro pase que es diario, pero que no incluye el shinkansen, que puede servir más para esa situación.


CÓMO FUNCIONA? Se puede encargar hasta tres meses antes de usarlo. Es decir que por ejemplo aquellos que viajen en diciembre, no lo pueden comprar hasta octubre. Se encarga por Internet y llega un vale a domicilio por FedEx (ver Cómo lo compro?). Al llegar a Japón, cambian ese vale por un pase en cualquier oficina o estación de JR. Esto se hace con el pasaporte, y cada vez que se utilice, también hay que presentar tanto el pasaporte como el pase, puesto que éste es personal e intransferible. A partir del primer viaje empiezan a correr los días en los que se puede usar.

Acá pueden encontrar qué transportes están incluidos en el JR pass. En este sitio también, y además pueden ver algunas diferencias entre el pase común y el Green pass, que es de primera clase.


CÓMO LO COMPRO?  Éste es un sitio que vende y hace envíos por FedEx a otros países. Por lo que leí tanto en su web como en algunos foros, a todos los usuarios les llegó perfecto a los tres días. Incluso hay varios viajeros de Argentina que estaban preocupados porque Aduana se los retuviera, pero otros argentinos  respondieron sobre su experiencia, que a ellos lo compraron de esta manera y les llegó directo a sus casas, sin ningún problema.


EN EL PRÓXIMO POST: cómo llegar de los aeropuertos más importantes al centro de las ciudades en las que están.

jueves, 20 de agosto de 2015

Hospedaje en Japón

Es extrañísimo entrar al lobby de un hotel a las 9:30 de la mañana y ver un puñado de japoneses en lo que parece pijama y pantuflas, desayunando sopa y pescado. Pero es la escena cotidiana con la que arranca un día de vacaciones en Japón.

Es que los desayunos en todos los hoteles consisten de pescado, sopa, arroz, y té verde amargo; una combinación bastante fuerte para tan temprano, pero que a los japos les encanta. Además, ellos bajan en las yukatas, que son unos kimonos pero más livianos, y pantuflas, y con eso se pasean por las instalaciones como vieja en chancletas por su casa.



Una habitación japonesa
Japón tiene un estilo de hoteles tradicionales que se llaman ryokan. Éstos se distinguen por el tipo de habitación: piso de tatami (como ya comenté en otro post, es una esterilla), el colchón (una colchoneta o futón) acostado directamente sobre el suelo, puertas corredizas de papel o shoji. Es importante saber que no se puede entrar con zapatos a la habitación, sólo con unas pantuflas que el lugar ofrece; y que este tipo de alojamientos son muy tradicionales y conservadores, por lo cual puede suceder que quienes lo atiendan no sepan mucho inglés.  Por otra parte, en muchas regiones del país, los ryokanes cuentan también con onsen o baños termales (ya me voy a referir a esto en otro post), en invierno son espectaculares para reponer energía y renovar fuerzas.


Hay ryokanes para bolsillos más y menos holgados. A partir de unos 50 dólares hay habitaciones muy sencillas. Pero por mucho, mucho más, pueden encontrar ryokanes de lujo. Pueden buscar muy fácilmente en cada región en esta página , la Asociación de Hoteles y Ryokanes en Japón. Por supuesto, también se puede reservar por Booking.com.


Ir a lo seguro y conocido
Para quienes prefieran habitaciones occidentales, hay muchísimos hoteles, y todavía más presupuestos. Las habitaciones son más chicas que el promedio en el resto del mundo, pero incluyen las mismas cosas: cama, heladerita (sin servicio de mini bar), televisor, pantuflas y los artículos de baño. Algo que me sorprendió la primera vez que fui sobre estos, fue que los envases de shampoo, crema de enjuague y jabón son grandes, no son los recipientes individuales. Por supuesto que nadie se los lleva a su casa, sino que un huésped después de otro usan del mismo. 

La habitación promedio, reservando con tiempo puede estar entre USD 70 y 90. Sin anticipación, no suelen bajar de USD 100. Mi recomendación es buscar con tiempo y tener algo asegurado, ya que la mayoría de las reservas cuentan con cancelación gratuita hasta 48 horas antes de la ocupación. Dos de las cadenas más conocidas, del tipo de Business hotels pero de precios accesibles, presentes en casi todas las ciudades, y con las que tuve muy buena experiencia, son APA Hotels y Toyoko Inn Hotels. El servicio es muy bueno, cuentan con wifi y atención en inglés. Además, suelen tener en varios puntos de las ciudades, así que se puede buscar el más conveniente. Yo siempre reservo desde Booking.com.


No apto para claustrofóbicos

Hay una alternativa entre las más económicas, especialmente para viajeros solos y estadías cortas: los hoteles cápsula. Pese a sus reducidas dimensiones, tienden a tener televisión y espacio para un pequeño bolsito con ropa. 


Los establecimientos cuentan con servicio de lockers para dejar las valijas, y proporcionan a los huéspedes una especie de pijama para que usen eso dentro de la cápsula. Los baños obviamente son compartidos, pero como todo en Japón, siempre están muy limpios. Algunos de estos hoteles sólo son para hombres, y por supuesto, las cápsulas son individuales. 

Los precios arrancan en USD 20, pero también hay algunos más "de lujo" que incluyen pileta, sauna, spa, alquiler de notebooks y gimnasio, que pueden alcanzar los USD 100.


Love hotels

Además de los Capsule hotels, hay otra opción accesible: los love hotels. Como su nombre insinúa, éstos son hoteles alojamiento, que surgieron en el país a partir de los tamaños reducidos. Cómo es esto? Muchos japoneses tenían casas o departamentos pequeños y sus hijos dormían con ellos en sus cuartos. A raíz de esto, los padres no podían tener ninguna intimidad en sus hogares. Lo mismo con jóvenes veinteañeros que no vivían solos. Así es que se vieron obligados a buscar nuestros famosos "telos". Hoy por hoy, igualmente, ya se usan más por diversión o por salir de la rutina, que solamente por el espacio en el hogar propio.


Éstos, como en Argentina, se abonan por horas en las que se usan. Por eso, si un viajero pasa el día recorriendo la ciudad y sólo va al hotel a dormir durante unas horas, esta opción no es tan mala. Se pueden reservar online, y son fáciles de identificar por la calle porque llaman mucho la atención: son coloridos y llenos de luces. 



*Todas las fotos fueron tomadas de Internet.


jueves, 6 de agosto de 2015

Temperatura promedio: 35ºC

Mientras que en el verano argentino la frase de cabecera podría ser "Me saco todo", el verano japonés rezaría casi lo contrario, "No me saco nada".

Ayer fui por primera vez a un aquapark nipón. Con toboganes, piletas para grandes y chicos, sombrillas, reposeras, restaurante y bar, era un gran refugio para los 40ºC que acusaba el servicio meteorológico. Hasta ahí, todo normal. 

Pero después de casi ocho meses de vivir acá, y ya varios sin grandes sorpresas, volví a sentir el abismo que, en algunos aspectos, separa nuestras culturas.

El 95% de las personas NO estaba vestida sólo con su traje de baño. Hombres y mujeres escondían la mayor cantidad de piel posible. Sólo algunos adolescentes estaban vestidos de manera "tradicional" para una pileta en occidente. 

Es que más allá de un legado cultural de que quien estaba bronceado era de una clase trabajadora más baja, como quienes trabajan en los campos de arroz y otros cultivos, la población es muy consciente de los efectos nocivos que puede tener el sol en la piel. Aun los que no le temen a los prejuicios sociales, se protegen por cuestiones de salud. Y no es que "se dejan la remera puesta": usan conjuntos de campera y pantalón con filtro UV, paraguas (esto también para caminar en la calle si hay hasta un poquito de resolana), y capuchas o gorros que parecen para protección en cultivos apícolas o para salir a dar una vuelta por el Sahara, de esos con visera y tapa cuellos y orejas. 

Saqué algunas fotos para ilustrar el concepto de TODOS TAPADOS:


Dentro de su jornada de disfrute estacional, no se pueden relajar 100% y dejarse llevar por la espontaneidad, algo que parece tan ausente en esta sociedad. Hasta para esto tienen reglas. En la pileta no se puede quedar quieto charlando con alguien. No sólo es obligatorio circular (por supuesto, todos en la misma dirección) sino que hasta hay una corriente que te fuerza a moverte; eso sí, no hace falta que sea caminando, ya que casi todos usan flotadores, sean en forma de dona, delfines o tiburones. También, más o menos cada una hora y media, se anuncia por altoparlante que todos tienen que salir del agua y hacer un descanso de diez minutos, y luego avisan cuando se puede volver a entrar. 

Entre las reglas, los atuendos, y los platos de arroz con curry que almuerzan con estas temperaturas, no es difícil entender por qué no les gusta el verano. En lugar de tratar de atravesarlo lo mejor posible, pareciera que lo tratan de sufrir más!

lunes, 15 de junio de 2015

El país de la tecnología Parte I

- Debe estar buenísimo vivir allá y ver por adelantado todo lo que después acá sale años más tarde, no?

Es que es cierto. En Japón se respira, ve, huele, palpa y siente tecnología en todos lados. Luces, botones, robots, carteles, baños, máquinas expendedoras, autos híbridos, autos a hidrógeno; para nosotros, los extranjeros, en cada esquina parece que vino Doc y trajo una máquina del futuro. Hay dispositivos que no sabemos ni para qué son, hay artefactos muy sencillos que acá funcionan hace muchos años y no vimos en ninguna parte de occidente, hay cosas rarísimas que no sabemos si son para el hogar, para el auto, o para una fábrica. 

Sin embargo, nuestra casa no es la meca de la tecnología, y de hecho, aprender a manejar con éxito nuestros electrodomésticos todavía nos cuesta trabajo! Menos mal que todavía no compramos el e-robot, el sillón masajeador, la tele 4K, y otros caprichos...


INODORO

El que más intriga suele generar, nuestro inodoro o TOTO, que cumple la doble función de inodoro y bidet, y que, como conté en el segundo post, se enchufa a la electricidad y la tabla siempre está calentita. Con la perilla se regula la intensidad del agua del bidet, y como los dibujos dejan entrever... los botones sirven para elegir hacia dónde dirigir el chorro! Me encantaría llevarme uno a Argentina. Hay algunos que empiezan a tocar música mientras estás sentado, en otros el botón se aprieta automáticamente... Pero estoy buscando uno en el que la tabla suba y baje automáticamente para no depender de la poca memoria de Esposo!



MICROONDAS







Ponele que deducís cómo calentar un café o las sobras de ayer... Pero qué apretarías para descongelar? Si esto hasta tiene la función de un hornito eléctrico o grill! Qué pasó con la ruedita para elegir el tiempo? Éste no podía venir con dibujos o con traductor? 




LAVARROPAS


También tiene función de secarropas, pero usamos sólo el lavado básico y regular. Sobretodo después de que M., una de las chicas argentinas, intentó configurarlo para otro uso, y desde entonces, o termina con medio lavarropas lleno de agua, o se le inunda el lavadero. 


TELÉFONOS Y MÓDEM






Tenemos un set de teléfonos que incluye las funciones de contestador, intercomunicador, despertador, identificador de llamadas, llamadas automáticas, y por supuesto varios sonidos alternativos, entre otras opciones. Por supuesto, no pudimos activar más que para llamar y atender. Del router no entendemos nada, menos mal que no falla jamás!



REGULADOR DE TEMPERATURA 
Así se controla la temperatura del agua en la casa. Hay un mando en la cocina, y otro en el baño, para controlarlo desde la bañadera. El mínimo es 37ºC, y el máximo 75º. De esta manera, elijo la temperatura "mínima" a la que sale si abro solamente la canilla de agua caliente, es decir que si la quiero a 37º, abro sólo la caliente, si esa temperatura me quema, abro agua fría para compensar.






CONTROLES REMOTO - Aire acondicionado y TV
Acá se nos ocurrió que el "control remoto universal" que teníamos en Argentina, para todas las teles, debería cambiar por urgencia su nombre, y estaríamos buscando un desarrollador para que realmente haga controles remoto universales... que funcionen igual en todos los países!! Imagínense lo que sufrimos los primeros días (enero, temperatura promedio 1ºC) cuando no podíamos encontrar el botón de CALEFACCIÓN en el control del aire acondicionado!
Y el de la tele parece muy sencillo, pero Esposo se vuelve loco cuando le aparece un menú acaparando toda la pantalla durante el partido y no sabe cómo sacarla, o cuando se le cambia al paka paka japonés justo antes de un gol!




jueves, 11 de junio de 2015

Japan tips

Ya varias personas me escribieron preguntando con un poco más de especificidad tanto sobre la vida como sobre el turismo en Japón. Consejos, precios, idioma, qué conocer y en qué época visitar qué. 
Todavía me falta mucho por recorrer y conocer, pero bajo la etiqueta tips para el viajero o vida en Japón, empezando por este post, voy a intentar dar un pantallazo con pequeños tips sobre lo que ya sé.

Hoy, el ABC para turistas: cobertura móvil, hospedaje, transporte.

COBERTURA MÓVIL
Nunca lo consideré necesario en otros países, pero como acá no hay tanta gente que hable inglés, es difícil preguntar por la calle, así que lo recomiendo. Al llegar al aeropuerto, se pueden comprar tarjetas SIM para tener internet en cualquier lado. Una tarjeta SIM con 100 mb por día para usar durante un mes sale unos 40 USD. Se puede comprar en el aeropuerto, o también la pueden encargar a domicilio desde otro país. La ponen en el smartphone y ya empieza a andar. Éste es un ejemplo: http://www.bmobile.ne.jp/english/index.html. Además, el 4G acá funciona mejor que el wifi en Argentina. 

HOSPEDAJE
¿Cuánto se gasta? Por supuesto que, como en todos lados, para cada bolsillo hay un presupuesto. Pero el promedio de un hotel de unas 3 estrellas está a partir de 10.000 yenes por noche (unos USD 80). Descubrimos que no importa la ciudad, si es en Tokio o en un pueblito al pie de una montaña, eso es lo que acostumbramos a gastar. Por ese precio se puede encontrar habitaciones tanto occidentales como orientales, las de piso de tatami y el colchón en el piso. El dato curioso: acá no te hacen la habitación por las mañanas, salvo que lo pidas (y pagues) especialmente.

¿Puedo gastar menos? Sí! Hay una forma baratísima de dormir, a la que todavía no me animé. Se llaman Capsule hotels, y sí, son las de la foto de la derecha, no creo que necesite agregar más. No están en todas las ciudades, pero en las más turísticas, como Tokyo, Kyoto y Osaka, las podés encontrar, y conseguir una habitación cápsula desde 2000 yenes (USD 16).

¿Cómo elijo el hotel? Primero siempre me fijo que la habitación tenga baño privado. Y tanto para eso como para la ubicación, aconsejo lo mismo que en todas las ciudades del mundo: que esté cerca de una estación de tren o de metro. Ah! Fíjense si quieren quedarse en un hotel con habitaciones estilo oriental u occidental.


TRANSPORTE
Es muy fácil desplazarse por transportes públicos en Japón. Los boletos se sacan en máquinas dentro de la estación, que se pueden pasar a inglés. Lo complicado es que en algunos casos, no indica el precio a cada estación, sino que en la máquina aparece por secciones, y tal vez los nombres de las estaciones en el mapa estén en símbolos japoneses. No desesperéis, que lo que yo hago cuando me pasa eso y no encuentro mi estación, tengo dos alternativas: pongo en Google Maps que quiero ir a X lado por medios públicos, y GM me indica cuántas estaciones son y por qué línea, y además, indica el costo de ese trayecto. Así saco el boleto. Sino, puedo sacar el más barato, y al llegar a la estación de destino, se hace el "balance de boletos": al que pagó de más le devuelven la diferencia, y al que pagó de menos, se la cobran. De más está decir lo que parece una obviedad en todo lo japonés: la calidad es excelente. Todos los medios y estaciones son limpios, puntuales, y las personas son muy respetuosas: no se puede comer ni hablar por celular mientras se viaja, y los teléfonos tienen que estar puestos en vibrador. Incluso hay carteles en las zonas de los asientos con prioridad para personas mayores, embarazadas, discapacitados, y demás, en los que se pide apagar el aparato, por si se sienta una persona con un marcapasos.

¿Es caro? Sí, sobretodo comparado con el precio de los transportes públicos en Argentina. El mínimo en Tokyo rondaba los 170 yenes (USD 1,30). Si te vas a desplazar todo el día en tren, conviene sacar el pase diario de JR (Japan Railway, la red ferroviaria), que se puede comprar en las estaciones o encargar por internet. Con sólo hacer cuatro viajes en el día, ya se amortiza. Éste no incluye las líneas de metro. Tampoco el tren bala, que se llama Shinkansen. Es bastante caro, pero sirve para desplazarse de ciudad en ciudad muy rápido, ya que alcanza una velocidad de 300 km por hora. Por ejemplo, de Nagoya a Tokyo, sale unos USD 100 para cada lado, y tardo un poco menos de dos horas. También hay servicios que conectan Kyoto, Osaka, Hiroshima, Takayama, y otras. 

Viajar en auto no es mucho más barato: los taxis son carísimos (un viaje de unos 60 km nos salió USD 200. Doloroso). Pero muy pintorescos: en general, es un Toyota Crown clásico. Las puertas se abren solas, el pasajero no las toca, y el conductor maneja con guantes blancos y una especie de boina.  Los peajes no se quedan atrás. Camino a Kyoto hemos pagado casi 6000 yenes (USD 48). Pero todas las ciudades están conectadas por autopistas que obviamente están impecables e inmaculadas, hasta tienen una especie de mamparas a los costados para evitar la polución sonora a los vecinos, así que se puede recorrer prácticamente todo Japón sin salir de la autopista. 


Como dice la frase, "lo bueno cuesta", pero me parece que cuando su uso es más que satisfactorio, cuesta pero no duele. ¿No?

jueves, 4 de junio de 2015

#NiUnaMenos

Hoy es 4 de junio. Ayer, 3 de junio, miles de personas participaron en la convocatoria #niunamenos en Argentina. Y me hubiese encantado participar. 

Habría participado con carteles, con dibujos, con cualquier cosa que pudiera. Porque hoy, 4 de junio, en Japón, la distancia me muestra una perspectiva más grande de la realidad. 

Hoy, 4 de junio, puedo decir que ayer vino un señor a cambiarme el horno, y no me tuve que preocupar por recibirlo estando sola en mi casa, en short y remera como los 31 grados que hacían, ameritaban.

Hoy, 4 de junio, puedo decir que el fin de semana salí con mis amigas por la noche, y no tuve miedo de volver caminando sola. 

Hoy, 4 de junio, puedo decir que no cierro los ojos y trato de hacer lo mismo con los oídos, cuando paso cerca de una obra en construcción. Y no es que los piropos sean en japonés... acá no se acostumbra a elogiarle la cola o las tetas a las mujeres y punto.

Hoy, 4 de junio, no aguzo los sentidos a ver si alguien me sigue en una calle desierta, ni me cambio de vereda si aparece un hombre caminando hacia mí. 

Hoy, 4 de junio, tampoco esposo está intranquilo si tengo que volver sola tarde.

Y hoy, 4 de junio, un día después de una movilización en la que se manifestaron muchísimas personas pidiendo un cambio, y expresando las distintas formas en las que se habilita una impunidad hacia el maltrato o a la falta de respeto a la mujer, espero que se pueda avanzar también en esta dirección en Argentina. 

Porque lo que sí me asusta, es que siga ese acuerdo silencioso, que no va a permitir que nada cambie. Que los mismos que posan con carteles que rezan #niunamenos sigan avalando la indiferencia al observar claras muestras de falta de respeto, que no merecemos. Que esos que ayer, 3 de junio, defendían este slogan, en el futuro, no reconozcan a dónde dejamos empezar la diferencia en el trato entre el hombre y la mujer.

Y hoy, 4 de junio, además de la tristeza que me genera cuántas mujeres no sobrevivieron para estar ayer defendiendo estos valores, y cuántos hijos, hermanos y amigos, fueron a reclamarlos por ellas; me angustia en el alma pensar que puedo vivir más tranquila en un país a 18.070 km de mi casa, que en mi casa.

jueves, 21 de mayo de 2015

Cuestión de perspectiva

Para nosotros fue un mini incidente. Para ellos, un grave accidente, un accidente moral. Sí, moral.


Fue el domingo a la tarde. Le dimos con el espejito al faro de la camioneta que estaba a nuestra izquierda, mientras frenábamos en un semáforo. Se lo rayamos. Bueno, si me piden que sea específica, le dejamos una estrellita en el medio del faro, y nuestro espejito se cerró hasta romper la ventana. Ojo, el espejo en sí está perfecto, sólo se rompió un pedacito del plástico que lo sostiene. 


Frenamos más adelante para ver qué daño le habíamos causado. El conductor bajó hablando por celular con la policía avisando dónde estábamos. Es que acá es obligatorio avisar a la policía todo accidente, por más leve que sea.

Por supuesto, a los 10 minutos teníamos a dos oficiales en la escena del crimen. La presentación pareció sacada de una película inglesa, sólo que en japonés: Buen día, mi nombre es Soichiro y mi compañero es Sato. ¿Están todos bien? ¿Sí? Registros y seguro, por favor. No es tan sencillo, sin embargo, cuando la licencia de Esposo es internacional y los policías no entienden si está vencida o vigente! Después de una hora de una escena en repetición constante de preguntarnos cuándo llegamos acá, le respondíamos en japonés, el policía hacía el switch a inglés y le dábamos la misma respuesta, ahora en inglés, nos seguían pidiendo el pasaporte, a pesar de tener tarjeta de residente, documentación más que suficiente para circular por la calle. Obviamente teniendo tarjeta de residente, no andamos con el pasaporte encima, y al principio no querían dejarnos ir con el auto a buscarlo. Estábamos a 25 km de nuestra casa y por un momento plantearon que fuéramos caminando hasta conseguir un taxi (por ahí no circulaba ninguno). 

Finalmente, se ve que nos vieron cara de decentes o que nos siguieron con mucha discreción, y nos dejaron ir a buscarlos y llevarlos hasta una oficina de tránsito, en la que los cuatro oficiales presentes se agolparon a nuestro alrededor para ver cada sello de entrada y salida de cada lugar, mientras al mismo tiempo revisaban una A4 en la que tenían traducido en dos columnas: 1- January; 2- February; 3- March, y así. Todo, para decirnos únicamente: cuando caduque este registro, si pasan tres meses en Argentina, pueden volver a sacar el internacional. Eso sólo! Pongo las manos en el fuego a que somos toda la acción que tuvieron en el mes.

El problema mayor vino el día siguiente. Lunes. De por sí, el domingo Esposo había tenido que avisar por teléfono a su jefa sobre nuestra peripecia, y creímos que con eso bastaba. Pero no. La empresa es una automotriz. Toda la oficina lo miraba como si hubiese contado que matamos bebés y cachorritos por diversión. Fue el asesino del día. Tuvo que llenar varios formularios informando lo que había pasado, con detalles, fotos, locaciones. El Gerente General llamó personalmente al señor de la camioneta para pedirle testimonio. El nivel de reporte llegó hasta el número 3 de la compañía, dos escalones más y llegaba al Presidente de la Empresa Motor Corporation. NO estoy exagerando, es literal. 

¿Tanto? ¿Seriamente? Por fotos y verbalmente, Esposo les explicaba que sólo fue el espejo, y que fue muy despacio ya que nos estábamos deteniendo en el semáforo, dato que el señor camioneta confirmó. No contentos con todo ese circo, le pidieron a Esposo que armara una Reunión de Emergencia para el día siguiente, en la que hiciera una presentación sobre las causas, consecuencias, reflexiones y necesidades de cambio en el futuro, para todo el sector. Ah, y para este mes, todo el sector tiene que preparar una exposición sobre la importancia el respeto a la seguridad vial. ¿Un poco mucho? Apenas, no?

Es que no es casual que Japón esté entre los países con menos accidentes de tránsito del mundo. De hecho, hace trece años consecutivos que las cifras de muertes por accidentes viales bajan año a año. Y no sólo las víctimas inmediatas, como tienen en cuenta los rankings en Argentina, sino que también se tienen en consideración las muertes ocurridas como consecuencia de un choque, hasta 30 días después de ocurrido.

Realmente no sé cómo se manejará el Luchemos por la vida japonés. Pero esta semana aprendí que, como muchas de las normas acá, no se trata solamente de "hacer las cosas bien" por la regla explícita, sino por la condena social que implica no hacerlo.

jueves, 14 de mayo de 2015

Nagoya

Foto: Internet
Nagoya es nuestra ciudad grande más cercana. Es, de hecho la cuarta ciudad más grande de Japón. Y es espectacular. 


Es muy linda y organizada. Muchas líneas de subte, incluyendo una que recorre una forma de círculo y conecta todas las demás líneas. Es prolija, ordenada, limpia, moderna, cosmopolita. 



Otsukanon
Foto: Internet


Tiene zonas para todos los gustos e intereses. Una cultural, con museos. Una muy tradicional en la que hay templos, un mercado callejero, con parte techada y parte no, muchos puestos de comida, ropa, artículos varios usados y nuevos, todas las chucherías más útiles o inútiles pero simpáticas que puedas imaginar, en Otsukanon. 




Vista desde la Nagoya Tower.
Foto: Internet.
La calle más comercial, con partes que se asemejan a Nueva York, se llama Sakae y tiene todos los locales de moda, ropa, perfumes, joyerías, electrónica. Restaurantes tradicionales, otros occidentales (hasta uno estilo Kansas, el Outback Steakhouse). Una vuelta al mundo para subir a contemplar la vista panorámica de la ciudad, en un segundo piso. Desde ella, además, se ven parques en las azoteas de los edificios. 
Nagoya Tower.
Foto: Internet.



La Nagoya Tower, que salvando las distancias -eternas-, es la Torre Eiffel de Nagoya, es la torre de TV más antigua de Japón, completada en 1954. Los cinéfilos pueden recordar las dos veces que fue derribada (en la ficción, por supuesto): la primera, nada más ni nada menos que por el gigante Godzilla, en 1964, como parte de Mothra vs. Godzilla, y más adelante, en su remake, Godzilla vs. Mothra, lanzada en 1992, donde el responsable de su destrucción fue Battra, mientras la criatura atacaba Nagoya.



Acuario Público de Nagoya.
Foto: Wanda Sadowski
Nagoya tiene además el puerto más grande y más transitado de Japón. Exporta muchísimo, en especial, para la industria automotriz. Entre los puentes gigantes que tiene y la cantidad de barcos del tamaño de pequeñas islas, es imponente. Pero no sólo es conocido por su actividad comercial-industrial, sino que además, es visitado por miles de turistas ya que ahí está el Acuario Público de Nagoya, que sabe ser hogar de orcas, delfines, manatíes, pingüinos, y muchos otros. Personalmente, no apoyo ninguna forma de cautiverio, pero tengo que admitir que lo visité, y que el estado en el que lo tienen es muy bueno. Por supuesto, elegiría que esos animales estuvieran en libertad, pero me consuela pensar que los chicos japoneses puedan crecer con una mirada de ternura y cuidado hacia los peces, y no sólo la de pesca y alimentación que tienen los mayores.



No escapa de algunos de los componentes de cualquier ciudad grande. Algún artista callejero tocando en una esquina "a voluntad", panfleteros repartiendo las razones de por qué colaborar con Greenpeace, con WWF, más de un borracho (de noche, eso sí) y miles de neones y leds llamando tu atención a cada metro caminado. Al ser Japón, sí hay quienes recuerdan con demasiado cariño Rápido y furioso 3: reto Tokio, y puede verse cada tanto alguna Ferrari o Porsche haciendo una maniobra a la que no cualquier mortal se anima, como trompos quemando caucho en algún semáforo.



Sin embargo, lo que más me impactó la primera vez que fui a Nagoya, fue su manera de optimizar los espacios. En un mismo edificio encontrás: en la planta baja (a la que llaman "Piso 1"), un restaurante. Segundo piso, peluquería; tercero, un Starbucks; cuarto, un bar; quinto, otro bar. Siguiente edificio: primer piso, local de ropa; segundo piso, restaurante; tercero, Tully's coffee; cuarto, local de equipos de electrónica y cámaras de fotos... Y un capítulo aparte (y un segundo guiño a Rápido y furioso en Japón), los estacionamientos. Son todos así (aunque este puntualmente es en Tokyo):


jueves, 7 de mayo de 2015

Esas cositas que mejor no

Hasta el momento, me declaro fan de Japón. Todo me gusta, todo lo disfruto. Por suerte, no tengo grandes dramas con la comida: salvo morrón crudo y mondongos, en general me gusta todo. He desayunado sopa de pescado sin chistar y algún que otro langostino sin pelar. El invierno fue duro, pero esta gente está tan preparada que tienen unos parches  que se llaman kairos que emanan calor. Tienen kairos para bolsillos, para medias, para manos, para espalda, para cuello, para el pecho de Riquelme, para todo. Y ahora que está lindo, salgo con una sola capa de ropa. No me molesta que se maneje doblemente al revés (del lado contrario en la ruta, y el volante a la derecha), sólo me llevó un par de sustos en los que todos venían en contramano hacia mí.

Pero sí, hay cinco cosas que me harían la vida acá más feliz si fueran distintas.

1- No hay tachos de basura por la calle. Como clasifican los residuos, no se puede tirar todo junto en un mismo tacho. Lo que no entiendo es por qué no ponen, justamente, distintos cestos, uno para cada uso. La situación es la siguiente: estás como nosotros, en el festival del pito. Te compraste una banana con forma de miembro, esposo se compró una bandeja de albóndigas de pulpo con salsa boloñesa, y cada uno su Asahi, la cerveza local. Recién arranca el festejo, todavía quedan unas tres horas de pitos marchando. Avanzamos entre miles de personas se pasean por la calle, chocándonos todos entre sí. Hete aquí que nos encontramos llenos y satisfechos, buscando la ubicación para la panorámica perfecta del desfile fálico. La conseguimos. Tenemos un sólo problema. Estamos en el evento más extraño de nuestras vidas, pero no podemos sacar ni una foto: estamos sosteniendo dos latas vacías, un cartón lleno de boloñesa, y una mano llena de chocolate. Por eso ahora, antes de comprar algo, planificamos estratégicamente cómo deshacernos de los cadáveres de nuestro tentempié. 

2- En los restaurantes, no suelen poner servilletas. Al entrar, la moza trae unas pequeñas toallas, húmedas y calentitas, para higienizarse las manos antes de comer, o bien toallitas húmedas descartables. Eso es lo que usan si querés limpiarte la boca, con esa toalla, mojada, y que además, muy posiblemente ya esté fría. Ya no pido más spaghetti con salsa, salvo que lleve un cargamento de carilinas. 

3- No hay toallas de papel en los baños. Solamente el soplador de aire para secarse las manos. Hay momentos en la vida que demandan una decisión. O esperas veinte minutos a que el soplador haga efecto, o te pasa como a mí, que en cuatro meses, nunca salí del baño con las manos secas. Por suerte, esposo todavía no se dio cuenta de que ese mimo repetitivo en su espalda cuando salgo, tiene una intención oculta. 

4- A pesar de que por la calle no se pueda fumar salvo en lugares específicamente señalizados para ello, sí está permitido hacerlo dentro de casi todos los restaurantes y bares. Aunque estén "separados" fumador de no fumador, es una separación tan simbólica como irrisoria. Separados por un pasillo, por una cortina. Estamos cenando en Nagoya con esposo por nuestro aniversario. El restaurante es muy lindo y paquete. Como muchos otros acá, está en un subsuelo, es decir, sin ventanas. Dos copas de vino blanco, una tabla de sushi interminable en la mesa, y cuando parecía la cena del milenio, el humo de la mesa de al lado me provocó un ataque de tos que dejó parte del sushi inhabilitado.

5- Sí, dije que no tengo grandes temas con la comida, porque en Argentina esto no sería un tema así que no estoy acostumbrada a llamarlo como tal. Pero en Japón, todas las comidas que son con pollo (pollo frito, empanado, sandwich de pollo, alitas de pollo, hamburguesa de pollo, sopa de pollo, patitas de pollo, etcétera) incluyen la piel. Pueden desarrollar el tren de levitación magnética que supera los 600 kilómetros por hora, ¿pero no pueden pelar una pechuga?

jueves, 16 de abril de 2015

Los japoneses y sus perros

Hay algo que me alegra muchísimo de Japón: no hay animales sueltos en la calle. No hay animales callejeros. No se ven perros atropellados en rutas, en autopistas, y por supuesto, no hay caballos llevando carros con dos gordos encima golpeándolos. Hay cuidado y responsabilidad.

Foto: Wanda Sadowski
Tanto perros como gatos se compran en pet shops y en veterinarias, y no son nada baratos! Vimos gatos por más de diez mil pesos argentinos. Impensado, no? Lo que más se ven son los perros chiquitos, como de tamaño de peluche o de cartera, y son los más caros. Se ven pocos labradores, siberianos o akita inu, y tienden a ser los más accesibles en precio, a partir de unos cuatro mil pesos. 



Foto: Wanda Sadowski

Los japoneses cuidan a los animales. Demasiado, diría. Pobres bichos, los pasean en en cochecitos como de bebés, muchos no pisan la calle. El perrito de mi profesora de idioma ni siquiera conoce lo que es el pasto: nunca salió de la sala de estar de su casa. Golpe a su espíritu indómito: casi siempre los llevan vestidos y con trajes bastante especiales. Me imagino a nuestros perros argentinos haciéndoles bullying a full. Incluso, no sólo visten a los perros en grupo, sino que además, muchos pet shops venden la misma prenda para el dueño y para la mascota! Para cada uno, su tamaño, por favor. Así que algunos se uniforman con buzos, bufandas, camisas, y cómo no, la casaca de su equipo preferido. 

Foto: Internet
Eso sí: no hay ni un soretito por la calle. La mayoría de los dueños junta el regalito con una bolsa, de la manera típica. Pero también hay algunos más sofisticados, que usan un artefacto que es como un palito, con una pinza que incorpora la bolsa, de manera que no sólo no se tiene que agachar a juntarlo, sino que además, caza el regalo en el aire, sin que siquiera toque el piso. Otro nivel de glamour.